lunes, 30 de noviembre de 2015

Eugenia de Montijo

La mujer como heroína
EUGENIA


Eugenia de Montijo (Granada, 1826-Madrid, 1920), emperatriz consorte de Francia como esposa de Napoleón III. Se casó con 27 años, él era 20 años mayor que ella. Antes, con 18 años, se enamoró, pero fue traicionada en sus sentimientos, por lo que pensó seriamente en consagrarse a Dios. Coronado emperador, Luis Napoleón escogió a esta granadina como esposa, la cual hacía tiempo que vivía con su madre en París y era ya una bella y espléndida mujer. En el recorrido la pareja ocupó la misma carroza que llevó a Napoleón y Josefina a Nôtre-Dame. 
Cuando el pueblo francés derrocó y encarceló a su emperador en 1870, Eugenia tuvo que abandonar Francia y trasladarse a Inglaterra. Su hijo, educado en Inglaterra, moriría en Africa en la entonces  Zululandia, con solo 23 años. Ya anciana, añorando el sol de su tierra, se traslada a Madrid dónde fue operada por el doctor Barraquer, pero el pueblo conserva su pasado en la copla, en donde Eugenia de Montijo deja el Darro por el Sena en la voz y letra de tonadilleras. Años más tarde, la cinta “Violetas Imperiales” (1952) se rueda en Granada, con algunas escenas sobre un puente que se eleva sobre el río que fluye por la Carrera del Darro de Granada, y la gitana Violeta  le augura a una joven Eugenia su futuro como reina o emperatriz.. .
Eugenia (Franz Xaver Winterhalter)

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cathy y Heathcliff


La mujer como heroína

       CATHERINE

Cathy Earnshaw, creación literaria de Emily Brontë, en “Cumbres Borrascosas”. Muere a los 19 años, dos horas después de nacer su hija, Cathy Linton,  sin  conciencia ya para recordar a Heathcliff, su amor vivencial, ni a su gris marido, Edgar. Debilitada por su embarazo y con su esfuerzo febril de amor, desmesurado, del  día anterior, hacia el “expósito” Heathcliff, la dejan sin fuerzas para seguir viviendo. Su infancia y juventud la vivió con Heathcliff, el cual le dio vida, alegría y amor pleno en la mansión de los Earnshaw y correteando por los inmensos páramos que rodeaban la propiedad. Una vida salvaje, sin freno, desprovista de ataduras sociales que acabó cuando llegó a ser mujer. Entonces tuvo que amoldarse a su rango social y casarse con Edgar Linton, primogénito del vecino rico de los páramos. Se arrepintió de su decisión el resto de los años que le quedaron. Arrastró su remordimiento, amor y melancolía hasta el final. Su muerte le vino porque su mente y cuerpo se deterioraron hasta el paroxismo y quedar exangüe. Una historia de amor
traumática de la Inglaterra de mediados del XIX de una genial novelista y poeta, Emily Brontë.